Gregorio Álvarez dio entrevista
No tiene goyete
El teniente general (r) Gregorio Álvarez fue entrevistado por Últimas Noticias en Domingo Arena, y dijo no tener información sobre los desaparecidos. "Nunca protegí delitos vulgares". Y agregó que "me llegaba lo que leía en la prensa pero nadie aportaba pruebas. Eran rumores".
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El teniente general (r) Gregorio Álvarez, preso en la cárcel de Domingo Arena por 37 homicidios, fue entrevistado por María José Frías para Últimas Noticias. A sus 85 años, dijo que un día suyo es "normal. Estamos bien. Nos dan buena comida. No hay diferencias. Todo bien".
Su familia y sus amigos lo visitan regularmente, y "algunos" militares en actividad. "Es difícil. Este es un espacio muy chico. Estamos muy bien acondicionados, en nuestros cuartos con rejas y la gente, con eso del síndrome de la libertad, reacciona de diferente manera".
"Yo, en cambio, ya estoy con el síndrome del ataúd", explicó. "Si cumplo con todos los años que me aplicaron, voy a salir con 107 años, así que me hice a la idea de morir acá".
Sobre el tema de los detenidos desaparecidos, explicó que no se niega a dar información. "Yo no tengo ninguna información. Nunca protegí delitos vulgares". Y agregó que "aquí se decretó la guerra interna mediante una serie de medidas que aprobó el Parlamento democrático de la época para tratar de solucionar la situación que se vivía".
Más tarde dijo que "a mí me adjudicaron 37 muertos. He pedido pruebas y testigos cuatro o cinco veces, y nada. Aparte cuando desaparecieron esos 37 yo no estaba en Montevideo ni tenía mando, yo estaba en Minas, al frente de la División Ejército IV y sin embargo, me los adjudicaron".
"Me enteré cuando me acusaron. Son gente que desapareció en Argentina, ¿qué me dice? Yo no iba a Argentina ni tenía personal a cargo allí. Yo estaba en Minas y me ocupaba de la División del este del país". Según él, encabezó el gobierno "porque me fueron a buscar. Yo pasé a retiro el 1º de febrero de 1979 y estuve 31 meses en mi casa hasta que el 1º de setiembre de 1981 me fueron a buscar para que fuera titular del gobierno y restableciera la democracia. Y cumplimos".
No tuvo conocimiento de que se torturara a algún prisionero durante ese tiempo. "Podría haber habido. Había rumores que se decían pero hasta ahora dicen. Yo pedía pruebas y no había". Negó que le llegara información sobre los desaparecidos. "Me llegaba lo que leía en la prensa pero nadie aportaba pruebas. Eran rumores".
Tampoco supo acerca de los niños que fueron separados de sus padres. "En mi época no. Me llamaron hace poco del Juzgado por dos niños que aparecieron pero no era en la época mía".
Mientras controlaba el este del país, "había unas operaciones que se llamaba 'Verano caliente'. Para evitar que vinieran los turistas, creaban un clima de conmoción prendiendo fuego en los bosques alrededor de Maldonado y Punta del Este". Para combatirlo "formamos la famosa Ocoa (Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas), pero era para evitar que acosaran a los turistas y a la gente bien".
También negó torturas. "A veces se interrogaba a uno que otro, si había alguna denuncia. Pero no había denuncias concretas. Por esa época ya estaba todo tranquilo. Yo no tengo conocimiento que pasara. En mi división, no".
Confesó que aceptó encabezar el gobierno "porque creo en la democracia. Soy un demócrata preso. Me invitaron de muchos grupos políticos pero nunca integré ninguno. Me invitaron desde la ultraizquierda hasta la ultraderecha y nunca acepté". En enero de 1985, luego de las elecciones, "mis colegas de más alta jerarquía vinieron a decirme que me tenía que ir del gobierno porque mi presencia irritaba a los políticos".
"Eran los mismos que me habían pedido que volviera. Yo cumplí con lo que dije en el discurso pero después me pidieron que me fuera y en 24 horas me fui". Por último, dijo acerca de algo que podría arrepentirse: "déjeme pensar de qué me puedo arrepentir. Que yo recuerde, de nada".
La crónica culmina diciendo que los presos de la cárcel de Domingo Arena temen por nuevos procesamientos, ya que no quedan celdas libres y no quieren perder su lugar.