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Japón prohíbe alimentos por radiación

Sin comerla

Japón prohibió la distribución de algunos alimentos procedentes de Fukushima y tres provincias colindantes, tras detectar que están afectados por la radiación, mientras Francia advierte que la contaminación radioactiva en Japón durará decenas y decenas de años. Las autoridades continúan hoy con el intento de enfriar los reactores de la planta nuclear.

    

Mientras en la central nuclear 1 de Fukushima (Daiichi) continúan sin tregua los esfuerzos para controlar la temperatura de sus reactores, la radiactividad en la zona se ha extendido a algunos alimentos como la leche, las espinacas o una verdura local similar conocida como "kakina".

El descubrimiento desató la alarma entre los consumidores pese a que el gobierno insiste en que el nivel de radiación, si bien está por encima de los límites legales, no es dañina para la salud excepto si los alimentos se consumen de forma prolongada.

Como medida "de precaución" se restringió hoy la distribución de leche, espinacas y "kakina" procedente de Fukushima, y en las provincias vecinas de Ibaraki, Gunma y Tochigi se limitó la venta de estas dos últimas verduras.

El ministro portavoz, Yukio Edano, instó a los ciudadanos a no caer en el pánico y actuar con calma y aseguró que los productos que ya salieron al mercado "no van a causar ningún daño a la salud de los consumidores".

Los controles han detectado la existencia de sustancias radiactivas en el agua de nueve provincias, incluida Tokio, la capital, aunque también en este caso las autoridades insisten en que los niveles están muy por debajo de los límites y no representan peligro.

La única excepción se da en la propia provincia de Fukushima, donde las autoridades recomiendan no beber agua corriente.

La contaminación en los alimentos se perfila como un serio revés para los agricultores, aunque el gobierno japonés dejó ver hoy que habrá indemnizaciones para aquellos afectados y aseguró que tomará medidas para evitar que los precios se disparen.

Ahora, la principal preocupación es poner bajo control los reactores de Fukushima, especialmente las unidades 2, 3 y 4, a través del vertido de agua para enfriarlas y del restablecimiento del suministro eléctrico.

Los efectos

La Autoridad de la Seguridad Nuclear francesa (ASN) informó hoy de que las emisiones radiactivas de la central nuclear de Fukushima continúan y que Japón deberá tratar sus efectos durante "decenas y decenas de años".

El presidente de la ASN, André-Claude Lacoste, señaló en conferencia de prensa que esas emisiones proceden por una parte de las "descompresiones voluntarias" dirigidas a reducir la presión en los reactores accidentados, y a "fugas" de origen desconocido.

"Los depósitos de partículas radiactivas en la tierra serán importantes alrededor de la central", aseguró el presidente, según el cual las autoridades niponas todavía no han establecido o transmitido un mapa de la amplitud de esos depósitos.

Para el representante de la ASN, no es "ilusorio" pensar que la contaminación se expanda más allá del área de evacuación de 20 kilómetros alrededor de la central establecido por el gobierno japonés, y alcance un radio de "un centenar de kilómetros".

"La importancia y la localización de las zonas afectadas por la contaminación todavía no son conocidas", añadió la ASN en un comunicado, según el cual "sea cual sea la evolución de la situación, Japón tendrá que hacer frente, a largo plazo, a los vertidos de radiactividad de esas expulsiones".

La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón informó hoy de que se ha avistado humo también en el reactor 2 de la planta de Fukushima, después de que se detectara en el reactor 3 una columna de humo que ya ha parado, y la institución homóloga gala añadió que "el mantenimiento del nivel mínimo de agua en las piscinas" sigue siendo una prioridad.

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