Mujica entre el plebiscito y la oligarquía
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José Mujica reconoció que es "un desastre con las imágenes" al explicar que se malinterpretaron sus frases sobre los "oligarcas", pero criticando el uso que le dio la prensa a sus dichos. El presidente dedicó su audición a recordar los 30 años del plebiscito, que definió como una hazaña "mítica".
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José Mujica dedicó su audición radial de M24 a recordar la importancia del plebiscito de 1980, que fuera rememorado por toda la clase política esta semana. Sin embargo, inició su locución realizando una aclaración sobre algunos de sus dichos de pasadas audiciones.
El presidente hizo referencia a sus frases sobre los "oligarcas" que estaban comprando gran cantidad de vehículos 0 Kilómetro por día y haciendo colapsar los supermercados, ilustrando de esta forma la bonanza económica de parte de la sociedad uruguaya.
El mandatario comenzó recordando la prosa fluida de Cervantes y su capacidad para formar imágenes con el idioma español. "Por eso, malos discípulos pero enamorados del idioma al cual pertenecemos, solemos usar imágenes y nos damos cuentas que nos sale un desastre porque parece que nos tienen que interpretar al pie de la letra", aclaró.
"Hace unos días decíamos jocosamente que 130 y pico de oligarcas compraban un auto 0K por día. Cosa imposible, sencillamente porque con las dimensiones de nuestro país no puede haber tal número de oligarcas. Eran hombres comunes y corrientes de nuestra sociedad que tienen ingresos más o menos potables y pueden cumplir con darse ciertos gustos, y ojalá fueran más. Pero eso habla en términos relativos de una bonanza del poder de compra de los uruguayos y la coyuntura por la que atravesamos, que no equivale a afirmar que esa gente masivamente puedan ser oligarcas, porque como decía un viejo peñarolense, en Uruguay no hay ricos, hay riquillos en todo caso", dijo el presidente, criticando luego el uso que se dio a sus frases. "Uno de los grandes periódicos lo agarró como caballito en batalla, entendiendo pero sin querer entender, tratando de llevar agua a su molino, ya que su supuesta independencia no es tanta independencia", remarcó.
Del plebiscito
"También en estos días, con mucha reverencia, se ha estado recordando uno de los grandes orgullos de los uruguayos: haber ganado hace 30 años un plebiscito a la dictadura, en una hazaña sin parangones", dijo Mujica, enlazando con el otro tema de su audición.
"A lo largo de nuestros 70 y pico de años fue una alegría como la de Maracaná, esas cosas que quedan colgadas como mojones, algo que pertenece casi a la mitología, porque por su forma desafió todas las leyes de la naturaleza. Es elemental que lo grande domina a lo chico, lo poderoso a lo débil, lo organizado a lo espontáneo. Esas leyes sólo se suspenden excepcionalmente en las películas, o cuando gloriosa emerge la celeste en la actitud de algunos ciudadanos o sus jugadores. Hay veces en que nos tenemos que quedar de boca abierta ante la historia. Los hinchas del autoritarismo debieron haber quedado desconsolados con semejante derrota, porque en el 80 todo estaba construido como para que al fin de la jornada sonaran las marchas militares", contó el presidente.
"La aprobación de plebiscito iba a ser un momento de gloria. No sólo iban a gobernar por ser más fuertes sino porque tenían razón. Por fin, habrían demostrado que su relato de la historia era justo. Habían expulsado del poder a una clase corrupta, habían puesto orden y el país se los iba a agradecer. Y ahí Uruguay iba a caminar vigilado y derechito. Era una suerte de broche de oro. Sin embargo se tuvieron que bancar un chasco fenomenal. ¡Cómo le erraron! Durante muchos años habían dado vuelta un concepto místico: la orientalidad. Y es justo que el concepto es gigantesco, es una manera de sentir la patria. Pero no se dieron cuenta que ese concepto está hecho de una sustancia muy distinta a lo que pensaron. No era chauvinismo nacionalista. No era sentimiento de superioridad, de estatua, de retórica, de mausoleo de mármol. La orientalidad es un concepto que ha sido y sigue siendo un cuasi amor desesperado por la libertad. Es la convicción profunda tatuada en el alma de que nadie es más que nadie", dijo un emocionado Mujica en M24.
"Fue como decirles 'usted, por más uniforme que tenga, por más que tenga armas, no tiene derecho a gobernarme sin mi consentimiento, así que le digo no a su plebiscito que pone a los militares por encima de la ciudadanía'. Ese es el concepto más hondo de la orientalidad. Esta fue la confusión más grave de la que padecieron los militares", agregó.